Gracias a los dos, no se como devolveros lo que habéis
hecho por mi, sin vosotros hoy estaría en el cementerio. Solo
quiero que llevéis este bolígrafo en vuestro bolsillo,
es una forma de estar cerca de vuestro corazón...
Eramos
tres amigos, inseparables, casi desde la maternal, Robert, después
de acabar su carrera de abogado, cayo en las drogas, tanto Andrea
como yo luchamos para volver a traerlo al mundo verdadero, hasta que
lo conseguimos, con su primer sueldo, Robert nos obsequio de un
precioso bolígrafo MontBlanc que siempre he llevado en el
bolsillo, en todos los lugares.
La vida hizo que los tres
amigos inseparables, nos separásemos, Andrea se fue a Italia,
su tierra natal, yo retorne a mis orígenes, España,
mientras que Robert se quedo con su mujer en Francia. Un día
en mil novecientos noventa y dos recibí una carta con una nota
necrológica y unas lineas de su mujer, Robert había
recaído en las drogas y una partida de coca en mal estado se
lo llevo para siempre, algo mio, ese día, se apago.
Sr.
Agente, por favor, entienda que es algo mas que un objeto...
Lo
siento, usted tiene que ir a objetos perdidos y no poner una denuncia
por robo, no es posible, el valor del objeto no supera las cincuenta
mil pesetas.
Gracias, le respondí dándome media
vuelta, cuando una voz me retuvo:
¿ Bueno, usted no
recuerda si le robo algo más y hubo intimidación ?
La
cara se me ilumino: - ¡¡ Pues claro !!
El policía
se puso a escribir en su ordenador en voz alta :
En fecha del
doce de Junio del mil novecientos noventa y nueve, fui atracado en la
calle...
A los pocos meses, me llamaron de la policía
para un reconocimiento, me hicieron llegar a una sala donde habían
mas personas, yo tenia que mirar en la sección cinco, en ella
encontré mi bolígrafo, la alegría me hizo brotar
una lágrimas y después lo deslice en el bolsillo de mi
camisa, en su sitio.
Al salir le pregunte al agente si sabia
como lo habían recuperado, el no sabia nada, que eran datos
confidenciales, solo algo le extrañaba la falta de un juicio.
Al llegar a casa lo primero que hice fue llamar a mi amigo
Juan, policía nacional bien relacionado, le conté la
historia y le di el numero de la denuncia así como el numero
que llevaba mi bolígrafo cuando lo encontré en la sala.
Al cabo de pocos días, Juan me llamo :
Pues
menuda historia tiene tu bolígrafo, me dijo.
¡
Cuenta, cuenta ! le pregunté con impaciencia.
El que
te lo robo fue un ladrón de poca monta, un "alpinista"...
¿ Alpinista ?
Se río. - Perdona, los
alpinistas son aquellos que entran en las casas descolgándose
desde las azoteas de los edificios.
¡ Caramba !
Pues
este tío, se descolgó desde un edificio de ocho pisos,
pero en el séptimo, alguien corto la cuerda, este cayo solo
frenado por las cuerdas de tender la ropa que le cortaron todo el
cuerpo, al caer al suelo se partió la columna, no se podía
mover, solo gemir, tardo unas horas en morir.
¡ Joder !
¿ Alguien vio quien corto la cuerda ?
Al gritar en su
caída, alerto el vecindario y uno de los vecinos miro hacia la
azotea y pudo distinguir perfectamente al que corto la cuerda.
¿
Como era ?
Alto, delgado, rubio, rasgos eslavos... Lo estamos
buscando.
¿ Con una oreja cortada ?
¿
Si ?
Pues no lo busques mas...
¿ Porque ?
Murió, hace unos siete años.